sábado, 17 de julio de 2010

Comiendo por la Ruta de Hidalgo en pleno Bicentenario

Es sábado, inició ya la canícula, estamos de vacaciones, andamos en el camino siguiendo los pasos del cura Hidalgo en la lucha libertaria, ahora que estamos entrando de lleno al Bicentenario, por cierto, hoy se inaugura el parque temático que el Gobierno de Guanajuato mandó construir para los festejos, luego iremos para allá y te cuento, por lo pronto… hace hambre en la Ruta de Hidalgo, vamonos a comer…


Para comenzar despidiéndome de mis queridos salmantinos comiendo en la casa de mi madrina y mira la sorpresa que nos tiene, unos auténticos sopes, más caseros no pueden ser, aquí en Salamanca la Ruta de Hidalgo pasó en tres ocasiones, es la única población en todo México que tiene ese privilegio, mismo que la mayoría de los locales desconoce, pero, bueno, nada sorprendente el desconocimiento de la historia entre los conciudadanos…


Y enfilamos no muy lejos de Salamanca y llegamos a la Hacienda de Burras, lugar importante en la Ruta pues fue desde allí que se hizo la intimación a los realistas pertrechados en la Alhóndiga de Granaditas… Burras es la hacienda del pueblo de San José de Llanos y aquí en pleno verano, que mejor que refrescarse con un agua de coco.


Seguimos en Guanajuato, esta vez un poco al sur, en la rivera de la laguna de Yuriria, aquí en un paraje cercano a Loma de Zempoala, lugar del histórico encuentro de doña Gertrudis Vargas con Hidalgo… y claro es que estando en un lago de abundante pesca lo que comamos allí es uno empanizado. El ambiente es muy familiar, típico y los precios accesibles, en domingo están a reventar, entre semana es para ti solito.


Seguimos en la Ruta de Hidalgo y enfilamos rumbo a Salvatierra, al oriente, pero nos desviamos un poco para llegar a Tarimoro, allí nos consumimos estas enchiladas. De Tarimoro ya vimos su templo que es extraordinario, de los mejores que hay en el estado, verás luego el pueblo, a ese aun no te lo he presentado, pero sigamos en la Ruta de la Libertad


No es que el pollo rostizado sea precisamente mi preferencia, solo que en Acámbaro tenía un poco de prisa y cerca de la Terminal de autobuses encontré este Pollo Feliz, solo que… como verás la cola está larga, bueno, le daba la vuelta a la manzana, sucede que ese día era la inauguración y estaban en la promoción del 2x1… acabé en las tortas cerca de allí, ah, por cierto, frente a este Pollo está una de las 260 Cabezas de Águila que marcan la Ruta de Hidalgo.


Y entramos a Michoacán por Araró, en el mero día de fiesta, así que aquello era impresionante con la cantidad de gente que llegaba a visitar al Señor de Araró, imagen muy venerada en la zona, su historia de sincretismo es interesante, en “el otro blog” ya la tengo, pero te la volveré a contar por El Bable muy pronto. Seguimos en la Ruta de Hidalgo luego de comer unas carnitas hechas como solo Dios manda, claro es, en el mero Michaocán!


Hay quien lo come como desayuno, otros como cena, a mi me gusta, en ocasiones como postre, como fue el caso en Ucareo, Michoacán… no sabes que lugar tan maravilloso, lo que es el ex Convento, el atrio y la plaza cívica son una auténtica maravilla, a ese lugar luego iremos, nos comemos un pan y seguimos en la Ruta de Hidalgo, ah, por cierto, por aquí no pasó pero, queda muy cerca de la ruta.


Estamos ahora en Zitnapécuaro al noreste de Michoacán, en el mercado donde encontramos todo tipo de pescados sacados del lago de Cuitzeo, fritos in situ para llevarlos a días de campo, a casa o al parque y allí disfrutarlos. En Zitácuaro fueron dos veces que el cura Hidalgo pasó una, luego de acordar que el camino a seguir era Valladolid, luego la siguiente de regreso de Valladolid para darle forma al ejército Mexicano en Acámbaro.


Esto que vemos es para auténticamente darle sabor al caldo, fue en Cuitzeo, lugar por donde pasó también Hidalgo. Cuitzeo es un Pueblo Mágico, hay un convento agustino, se ubica casi a mitad del lago y las vistas son estupendas, dentro de poco te lo presentaré por este espacio…


Avanzamos más en la Ruta de la Libertad y entramos al Estado de México, aquí estamos en el pueblo de Aculco, un lugar bello y muy tranquilo, allí pasé una noche de lo más agusto en un el Hotel Hidalgo, altamente recomendable. En las cercanías está Arroyozarco y sus maravillosos vestigios… seguimos en la ruta, luego de darnos un atrancón de quesos regionales.


Llegamos a Acambay y la sorpresa que la mesa nos depara son las tortillas de un tipo de maíz distinto, con más sabor y un color totalmente diferente a lo antes visto, un color café claro bastante particular.


Y entramos a la tierra de las barbacoas, mismas que no son de mi agrado, así que me atreví a probar unas criadillas… aguanté solo la mitad, su sabor me pareció muy fuerte, algo parecido al hígado… acabamos de pasar por la Hacienda de Pastejé, lugar donde se crían toros de lidia, los vi pastando y allí descubrí, un poco escondida, una Cabeza de Águila, enfilamos rumbo a…


Dios mío! El Estado de México está lleno de sorpresas culinarias, en el tianguis de Tianguistenco, imagínate, llegar a Tianguistenco, precisamente el día del tianguis, coincidencia afortunadísima y encontrar acociles… si se me antojaron pero no encontré un lugar donde los tuvieran ya cocinados… me perdí en la enormidad del tianguis, uno auténtico, por cierto. Lugar por donde pasó Hidalgo justo una noche antes de la Batalla del Monte de las Cruces.


Y perdiéndome por los caminos del Estado de México y sus montones de pueblos con sus nombres de repente medios complicados, llegamos a Temoaya, el lugar de los magníficos tapetes y allí dimos con estas tortillas negras... deliciosas!


Y adentrándonos más y llegando casi a sus límites territoriales, en los llanos de Salazar, muy cerca de La Marquesa, ahora si nos sentamos “a dos nalgas”, como decía mi abuela, a disfrutar de estas extraordinarias quesadillas en tortilla negra, recorriendo la Ruta de Hidalgo. ¿Me acompañas?


Si quieres seguirme en esta aventura propia del Bicentenario, te invito a que lo hagas por el sitio: http://cabezasdeaguila.blogspot.com

1 comentario: