jueves, 2 de septiembre de 2010

El (mi) desabrido Bicentenario, a dos semanas de distancia

De la historia más cercana que tenemos, tan cercana que es de apenas hace dos meses, cuando fue cambiado por quinta (-sic- es la sexta) vez, la persona encargada de la gran fiesta de México que debería ser el Bicentenario. Imagínate en nuestro mundo corto, que tu hija que cumple quince años, dos semanas antes cambies de proveedor, de salón, de músicos, en fin… como que será desquiciante para ella y sus ilusiones… pues igual fue para todos nosotros este, digámoslo así, “comité organizador”


Como yo no veo televisión, y cuando la veo evito los noticieros de cabeza, ya sabes a cuales me refiero, tal vez lo que te cuente aquí no sea ninguna novedad y ya te enteraste. Ahora, bien, tal vez ni te enteraste de los cambios que se vinieron dando, como en cascada y que ahora nos reflejan una mala, pésima, nula, organización de lo que debería ser, insisto, la gran fiesta de México.


Cuatro años atrás, junio de 2006, es decir, apenas el tiempo suficiente para organizar un evento de tal magnitud, fue nombrado Cuauhtémoc Cárdenas, por Vicente Fox para ser él quien coordinara toda la organización del Bicentenario, a los cinco meses renunció por motivos políticos, pues, si recordamos, fue cuando hubo aquello del desafuero con una persona que para mi es el verdadero innombrable. Se dio el cambio de gobierno y con Calderón a la cabeza se nombró a un historiador, lo cual daba visos de que al evento se le daría un mejor enfoque de lo que verdaderamente es, una conmemoración histórica, la responsabilidad cayó en Enrique Krauze. Cosa que “Nunca se concretó” según comenta un periodista de fuertes ligas con el sistema televisivo comercial. (1)


Íbamos ya en el segundo titular y estábamos a tres años del festejo, aun había tiempo suficiente para hacer algo digno, prudente, contundente y, sobre todo, educativo. A principios de 2007, marzo, el que era titular de Conaculta, Sergio Vela, fue nombrado coordinador ejecutivo, el que estuviera relacionado con la entidad cultural del gobierno nos daba una cierta esperanza de que la celebración tuviera los tintes de arte, cultura e historia que amerita, pero ese gusto nos duró seis meses o menos, pues fue cuando se pretendió pasar el evento al Canal de las Estrellas ¿te imaginas? Y fue Fernando Landeros nombrado como por dos o tres días solamente como el responsable de dicha organización. Supongo que sería una especie de Siempre en Domingo combinado con Teletón.


Recuerdo que hubo una gran discusión en torno a Landeros al frente de la coordinación del evento, claro es que el medio electrónico no dio cuenta de ello pues atentaba contra sus propios intereses, entonces vino para septiembre del 2007 la designación de Rafael Tovar y de Teresa para coordinar la conmemoración; eso, en lo personal me pareció el mejor nombramiento pues sé que cuando él participó en el Festival Cervantino, los grupos que se presentaron fueron de lo mejor que había en el mundo entero a él lo había visto inmiscuido siempre en cosas culturales de todo tipo, por lo tanto era garantía de algo memorable, pero no hubo nada, solo estuvo un año al frente.


Apareció luego “al quite” al doctor José Manuel Villalpando, la verdad de él no se mucho, pero en la UNICA declaración que leí de él, me dio la pauta para intuir que nada bueno habría en el Bicentenario, recuerdo que cuando estaba armando el proyecto a desarrollar mi blog de Cabezas de Águila, por cierto ¿ya me visitaste allí? Pues fue que di con esa entrevista en que lo poco que dijo no me motivó para nada bueno, estábamos ya a dos años de distancia del 2010, con el tiempo encima para organizar la gran fiesta de México.


No se supo más de Villalpando, fuera de lo que La Jornada califica como la Waltdisneyización de la historia (2). Luego vino un cambio más, Loret de Mola lo comenta así: “Apenas el 21 de julio de este 2010, a 56 días de lo que debería ser la Gran Fiesta de México —en medio de los cuestionamientos sobre un gasto de mil 200 millones de pesos para lo que parece ser una simple noche de grito más y sembradas las dudas sobre si la remoción de Patricia Flores de la jefatura de la Oficina de la Presidencia tuvo que ver con los manejos de esos fondos—, otro golpe de timón hace que el primer mandatario delegue en la SEP el tema”. El Bicentenario está insípido, creo yo.


Pero yo tengo ya mi libro de historia, Viaje por la historia de México, el escrito por el historiador michoacano Luis González y González, ese es el reglo del Gobierno Federal que hace a toas las familias mexicanas, me sorprendió recibirlo, bueno, rescatarlo de que alguien más se lo llevara pues los fueron aventando a las puertas de las casas, venía con una carta firmada por el propio presidente Calderón, lo más sorprendente es ver su tiraje: 25’000,000 de ejemplares, es decir, guardando la media de que cada familia se compone de 4 personas y que somos, millones más, millones menos, un centenar de millones de mexicanos. ¿Tú ya recibiste el tuyo? Es un libro interesante, muy bien presentado, aunque la letra está un poco chica.


Yo en mi desabrido y, además, paupérrimo festejo, invertí $62.50 pesos (5 U$S) en dos metros y medio de esta tela estampada que dice “Viva México” que trae el águila republicana, la bandera y que aunque parece más navideña que bicentenaria, la uso de colcha en este mes de Septiembre. Me sorprendió ver en Irapuato que anuncian el baile con el hijo de Rigo Tovar y en la parte superior izquierda del cartel aparece la imagen del Cura Hidalgo y el logotipo oficial del Bicentenario. Tengo ya mi pasaporte del Bicentenario, si completo 15 sellos me darán una colección de monedas conmemorativas (no las de $5 pesos, otras que desconozco cuales serán), además me nombrarán “Capitán Insurgente”…. Eso por haber ido a quince lugares y eventos distintos en el estado de Guanajuato. Y me pregunto ¿me nombrarán Generalísimo por haber recorrido los 260 monumentos de Cabezas de Águila? Llevo ya 140, mas de la mitad!


En este programa del Gobierno del Estado de Guanajuato y su pasaporte, si consigues los 20 sellos, entonces entrarás en la rifa de un auto…. Veo una pobre iluminación, también una ridiculización de los héroes al ser caricaturizados para “educar” a los niños, veo a los habituales vendedores de banderas y demás cosas tricolores… veo un moño para que las damas lo usen en la cabeza pero ¿Qué veo? Veo... a la Reina Isabel II representada en la monedita que adhirieron al moño del Bicentenario… saca tus conclusiones. Es un Bicentenario desabrido, insisto.


Yo sigo viendo algo triste en todo esto, es más, estoy decepcionado. Veo en los libros de texto gratuitos y en muchos otros lugares la historia mal contada, mal redactada, mal trasmitida… recuerdo que la clase que más me aburría en la secundaría era la de Historia, pues quien me la daba, se enfocaba a hacerme aprender de memoria fechas de los tratados, Ayala, McLane-Ocampo y cuantos más existieron, pero jamás entendí nada… puro tiempo desaprovechado.


Veo un folleto del Gobierno de Guanajuato que confunde las fechas y los lugares, y equivoca a Salvatierra con Yuriria… ¿ya se dieron cuenta, mis Salvaterrenses? Ustedes que presumen tanto de ser la primera ciudad del estado, ahora resulta que Hidalgo se fue de Guanajuato a Yuriria y de allí a Acámbaro… folleto oficial y conmemorativo… ese es el insípido Bicentenario, discúlpame pero insistió en el término.


Veo en los libros del gobierno fechas inexistentes, 15 de septiembre para comenzar. Que a Hidalgo lo fusilaron con los ojos vendados y las manos detrás. Y muchas cosas más… nada verídico, nada cuerdo. Nombres y fechas pero no conceptos.


Y lo peor que veo es esa ridiculización de los héroes. ¿Qué necesidad de marionetas? ¿Qué necesidad de monitos? ¿Qué necesidad de cositas? Eso no es la historia, esa no es la dignidad de quienes han estado siempre en las imágenes del movimiento de Independencia… que triste, que insípido Bicentenario.


Yo me quedo con el Sesquicentenario, con conceptos profundos de verdadera y auténtica identidad mexicana. Yo me quedo con el recuerdo de haber tenido el privilegio de haber sido durante un año (el quinto de mi primaria) parte de la escolta a la Bandera Nacional, al símbolo máximo de nuestra identidad mexicana.


Me quedo y sigo bailando de alegría el Rascapetates como lo hice en un festival hace montones de años, cuando había fe en México, cuando había respeto en México, cuando había identidad en México…. Para mí, ahora es un insípido Bicentenario.


1.- Carlos Loret de Mola, El Universal.

http://www.eluniversal.com.mx/columnas/85576.html


2.- Luis Hernánez Navarro, La Jornada.

http://www.jornada.unam.mx/2010/07/27/index.php?section=politica&article=017a2pol



2 comentarios:

  1. CREO QUE TIENES RAZON, Y ESTOY SEGURA QUE MUCHA GENTE TIENE EL MISMO SABOR DE BOCA, PERO QUISIERA COMENTARTE QUE HOY CUANDO LLEGUE A MI CASA, ENCONTRE EN LA ENTRADA UN PAQUETITO QUE CONTENIA UNA BANDERA Y EL HIMNO NACIONAL EN UNA CARTA Q ENVIA NUESTRO SEÑOR PRESIDENTE. LA VERDAD FUE QUE ME EMOCIONO MUCHO EL HECHO DE TENER LA BANDERA EN MIS MANOS Y DE ALGUNA FORMA PARTICIPAR EN ALGO IMPORTANTE. CONCLUI QUE EN PARTE ES RESPONSABILIDAD DE NOSOTROS HACER LA CELEBRACION Y EL ANALISIS DE NUESTRA HISTORIA... FINALMENTE SE CONMEMORA UNA FECHA EN LA QUE LOS MEXICANOS DECIDIMOS DEJAR DE ESPERAR QUE ALGUIEN HICIERA ALGO POR NOSOTROS... Y ACTUAR.

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  2. Me gusta el comentario de "Anónimo": "Finalmente se conmemora una fecha en la que los Mexicanos decidimos dejar de esperar que alguien hiciera algo por nosotros...y actuar".

    Tal vez ha llegado el momento de retomar esos ímpetus y nuevamente hacer algo, porque la clase política parece que está de "tour" en Celaya, perfeccionando sus técnicas de producción de cajeta (y no de la de leche).

    La verdad: si no fuera por los vendedores ambulantes de banderas no me habría dado cuenta que ya estamos en pleno "Mes Patrio".
    Recibir la bandera en casa no es algo malo...pero lo que uno termina pensando es que de seguro alguien hizo un gran negocio vendiéndole al des-Gobierno Federal unas banderas "Made in China" (con valor individual de $1 peso) a un "super-precio" de $100 pesos por bandera. Yo puedo comprarme mi bandera en la calle...pero no puedo asegurar justicia, seguridad pública, educación, salud, ni siquiera alumbrado público ni calles pavimentadas o recolección de basura. PARA ESO ES QUE NECESITAMOS UN GOBIERNO...para la adquisición de banderitas nos bastamos solos.

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