lunes, 31 de enero de 2011

Los vestigios del Camino Real de Tierra Adentro entre Aculco y San Juan del Río

Indudablemente que al ver estas fotografías nos nace una enorme inquietud de conocer más del Camino Real. Mejor dicho, de recorrerlo. Ahora estamos dejando el pueblo de Aculco para llegar a San Juan del Río. Aqui localizamos la segunda de las partes que, afortunadamente, aun se conservan del camino original, la anterior ya la vimos en Santiago Tlautla.

Estas fotografías me permití tomarlas del Dossier que aparece en el sitio electrónico de UNESCO, en donde da más detalles del Camino Real. El documento es bastante lago y está en inglés, si te interesa leerlo, es de acceso libre, solo entra a la secció de Patrimonio y allí lo verás.

Hay una parte más que aun se conserva de camino por el rumbo de la Hacienda de Tlacotes en Zacatecas, solo que esa no aparece en el catálogo, desconosco el motivo. El que sí está incluido es el camino entre Nazas y San Pedro Gallo en el estado de Durango, nos falta mucho por recorrer... mañana llegaremos a San Juan del Río... otra maravilla del Camino Real de Tierra Adentro.
.
El Dossier, en inglés, del CRTA, lo puedes ver aquí:
.

domingo, 30 de enero de 2011

El Puente de Atongo en el Camino Real de Tierra Adentro.

A este sitio no pude llegar, sin embargo, un buen amigo nos está haciendo el favor de compartirnos unas fotografías del Puente de Atongo ubicado en las cercanías del pueblo de Aculco, el cual, afortunadamente ha podido sobrevivir a la barbarie que otras antiguas construcciones han padecido: la contaminación y la basura, por no decir la indiferencia y el olvido.

Sucedía en varios puntos del Camino Real en los que, en época de lluvias el recorrido se volvía más pesado y más largo. Los puentes vinieron a solucionar el problema, así las gentes y mercancías podían llegar a su destino final, pero… ¿qué se transportaba en esa época? Veamos lo que Philip Powell nos dice:

“El cargamento más valioso de los carros y carretas era, desde luego, la plata que iba al sur, para ser refinada y acuñada; luego sería enviada de nuevo en carretas a Veracruz y de allí, anualmente, por barco, a España. En cambio, las carretas que iban al norte llevaban a la creciente población de la frontera una gran variedad de abastos: equipo minero y otras herramientas, alimentos y ropa. Las licencias de embarque de mediados de la década de 1550, probablemente típicas del periodo, pueden darnos cierta idea de esta variedad de mercancías, que incluían…

“…seda de Granada, percal de Castilla, látigos de Castilla, losas de zinc, seda mexicana, herraduras para caballos y mulas, camisas de lino, camisas de Ruán, ejes redondos, escardaderas, atún, barricas de aceitunas, aceite, cáñamo para cuerdas, clavos para herrajes, cueros de vino, terciopelo (verde, blanco y marrón), tafetán, cenefas blancas y negras, cerrojos, cuentas, babuchas o zapatillas de mujer, fundas de espada, platos de metal, corchetes y ganchos, hebras de seda, machetes, fustanes blancos y marrones, dedales, almendras, calderos de metal, agujas finas, guantes, reatas, resmas de papel, tijeras, jabón, candeleros, botas de cordobán de Castilla, barricas de higos, telas de lana y de algodón, acero, telas de Ruán y de Holanda, dulces, cuchillos de Bohemia, sandalias de fibra, tafetán de Castilla, grandes agujas, tijeras de barbero y barricas de sardinas”.

Al ver el listado de la mercancía que transitaba por el Camino Real de Tierra Adentro nos damos cuenta de cuán distintas eran las necesidades de aquella época. El autor nos da la referencia de que esos datos los obtuvo al recabar lo anotado en varias licencias de embarque otorgadas por el Virrey en diciembre de 1554 y enero de 1555. (AGN, Mercedes IV,186, 188, 223).

Fuente:

Powell, Philip. La Guerra Chichimeca. FCE, Lecturas Mexicanas 52. México, 1984.

sábado, 29 de enero de 2011

San José del Cabo, Baja California Sur, al detalle.

Seguimos en la punta sur de la península del norte, la de Baja California. Seguimos maravillándonos con la espléndida naturaleza que por aquí explota en formas y colores que, aunadas a la línea moderna de la arquitectura actual, nos hace ver un poco más allá de lo que habitualmente vemos, o de lo que nos hemos ido acostumbrando a ver. Hoy haremos un recorrido por San José del Cabo, como paréntesis del recorrido que venimos haciendo por el Camino Real de Tierra Adentro. Al final verás las pentapétalas que tanto me obsesionan...























Si te interesa ver las fotos de la semana pasada, entra aquí:

http://vamonosalbable.blogspot.com/2011/01/san-jose-del-cabo-desde-un-punto-de.html

viernes, 28 de enero de 2011

Arroyozarco, punto crucial en al Camino Real de Tierra Adentro

Sin lugar a dudas una de las partes del Camino Real de Tierra Adentro que guardan más historias, que se ha vuelto un ícono y que es el punto fundamental de la ruta es Arroyozarco. De la hacienda ya hemos comentado antes, al igual que sobre el legendario Hotel de las Diligencias, así que, esta vez veremos, por un lado su muy interesante vegetación, por el otro, nos apoyaremos, esta vez, en la eminencia que es Philip W Powell en su La Guerra Chichimeca (1150-1600). Fondo de Cultura Económica, Mexico, 1984.

En el capítulo II, titulado Los Caminos de la Plata, leemos: "Partiendo de la ciudad de México, la ruta ya estaba bien definida hasta Querétaro, para el momento del descubrimiento de la plata en Zacatecas. Había un tráfico regular de mercaderes, funcionarios, ganaderos y ganado a través de esta provincia de Jilotepec, región que no ofrecía grandes dificulatades al viajero.

Los principales poblados y paradas del tránsito eran Cuautitlán, Tepeji, Jilotepec y San Juan del Río. Entre Querétaro y la posterior fundación de San Felipe había dos caminos principales que apuntaban a Zacatecas. Uno se dirigía directamente al noroese hacia San Miguel y luego a lo largo de la orilla oriental del Río San Miguel hasta San Felipe.

El otro iba hacia el norte, a partir de Querétaro, pasaba al este del Paso de Nieto (donde una rama se separaba hacia San Miguel), luego se volvía hacia el noroeste a través del Paso de Jofre (cerca de lo que después sería San Luis de la Paz), recorriendo los llanos llamados La Mohina y uniéndose con el otro camino en cierto punto, entre el río de los Sauces y San Felipe.

Unidos a partir de allí, los dos caminos se dirigían entonces hacia el norte a través del portezuelo de San Felipe, hasta Ojuelos. Después de Ojuelos el camino pasaba un punto conocido como Encinillas, considerado como la línea divisoria entre las audiencias de la Nueva Galicia y de México.


De Encinillas, seguía a través de Las Bocas y Ciénega Grande (ambos fotificados por el gobierno virreinal durante la década de 1970), luego avanzaba por el paraje del Cuicillo, a nueve leguas de Zacatecas, donde se juntaba con otro camino que, partiendo de Michoacán, iba hacia el norte.

El vierrey Mendoza prestó considerable atención al mejoramiento del camino de Zacatecas a través de la provincia de Jilotepec y a su terminación, más allá de Querétaro y San Miguel. Para mayo de 1550, se estaban iniciando los trabajos más allá de San Miguel "en el nuevo camino que está abriéndose y está destinado hasta llegar a Zacatecas".

En julio del mismo año, un funcionario especial enviado a la zona de Jilotepec y la cuenca de Alfajayucan, para investigar los daños causados por los ganados a las tierras indias, recibió órdenes de verificar el avance del camino de Zacatecas y de ver que se construyera el puente del camino de carretas de Tepeji.

Entre 1550 y 1555, el camino de Zacatecas mejoró lo suficiente para que por él pudieran circular grandes carros, así como las carretas más pequeñas, que estaban en uso desde el principio del auge de Zacatecas.





Para leer más sobre el Hotel de las Diligencias, entra aquí:
.
Más sobre Arroyozarco lo encontrarás aquí:
Y, definitivamente, si lo que quieres es empaparte de información de esta zona, entra en el siguiente enlace:
.

jueves, 27 de enero de 2011

Unas cuantas historias aparecen al andar por el Camino Real de Tierra Adentro

Si cuando se ideó construir el Camino Real de Tierra Adentro hubieran visto esta imágen, de inmediato se hubieran hincado, persignado y gritarían con vehemencia que es una obra del demonio, pero, más bien esta es una obra de Dios, pues solo él puede crear un lugar con tanta belleza, véase desde donde se esté viendo, como ahora, que vamos sobrevolando la parte de Estado de México, justo por donde pasaba ese camino tan lleno de historias, cuentos, leyendas y sucesos.

Quizá me equivoque, pero me da la impresión de que este cerro es el que se levanta a pocos kilómetros de distancia de Soyaniquilpan, consecuentemente lo que estamos observando es la zona de las haciendas que hemos ido conociendo, la de La Cañada, Tandeje y La Goleta..

Sin lugar a dudas México es un país de enorme riqueza cultural, lástima que cada vez es menos la gente interesada en descubrir ese enorme filón, esa gran veta, igual a la Vetamadre o la Vetagrande de las afamadas minas de Zacatecas o Guanajuato. Solo que estas vetas que ahora, a través de la óptica de El Bable, estamos re descubriendo. He podido constatar que lo que allí se atesora son cosas grandes, templos, haciendas, eras, molinos, galeras, trojes, casonas, haciendas, en fin, hay mucho, pero, ahora nos enfocamos al puro paisaje.

Y que mejor manera de irlo aderezando con algunas historias, como ésta que encuentro en el libro de Íñigo Laviada: "En el virreinato , el lejano paternalismo de la corona española mantuvo la paz y la concordia, con escaso uso de la fuerza. Después, el proceso de la independencia nacional creó ejércitos y militarismo, arruinando las fuentes de riqueza. Desde fines de 1810 hasta junio de 1813, los guerrilleros a las órdenes de Miguel Sánchez, Julián Villagrán y su hijo Chito Villagrán -mezcla de patriotas y bandoleros- depredaron en las haciendas del latifundio. El marqués de la Villa del Villar del Aguila y la marquesa de San Francisco sufireron quebrantos en sus respectivas haciendas. Estos caudillos insurgentes se dedicaban a los asaltos de diligencias y conductas de plata en el camino real, entre Jilotepec y Tula al sur de San Juan del Río al norte".

Llanos, montes, colinas, ríos, arroyos, cañadas, de todo vamos encontrando. Un paisaje siempre cambiante y siempre bello. El camino era largo, había enormes distancias que recorrer en las diligencias que no siempre eran cómodas. Todos los viajeros europeos y norteamericanos que lo cruzaron, nos dejaron alguna anécdota de su tránsito por el Camino Real, encontramos una anécdota más, siempre del libro del señor Laviada:

"Los habitantes de Jilotepec y de su distrito que presumen de conocimientos históricos afirman que además José Guadalpue Hitrón era el empresario o al menos el intermediario de los plateados, salteadores del Camino Real. Una de las gavillas de asaltantes , tenía su base en los cerros de Cuzda y Veró, cerca de Calpulalpan, donde atacaban a los viajeros que se dirigían al norte. La partida de bandoleros operaba en el cerro grande, cerca de Jilotepec para despejar a los viajeros que se dirgían a México.

En los mesones de Jilotepec, Soyaniquilpan y San Miguel Mandó se investigaba si los viajeros llevaban dinero u otros objetos valiosos consigo. Los foragidos eran avisados oportunamente para preparar el asalto. Ramón González, uno de los jefes de la cuadrilla de Los Plateados, vivía en la quinta de San Miguel , en la aldea de Palo Alto, entre Soyaniquilpan y el Rosal. La mayoría de Los Plateados que operaban en el Cerro Grande vivían en Villa del Carbón. Se identificaban con una hoja de roble en el sombrero. Este aditamento servía también de salvoconducto para los que recorrían el Camino Real".
Ese personaje que se menciona, José Guadalupe Huitrón, es quién se adjudicó la Hacienda de Calpulalpan, luego de la ley de Desamortización en la que la Iglesia perdió todos sus bienes. A Calpulalpan no fuí, no sabía que contara con una historia interesante, si bien, había oído sobre la batalla allí librada. Ahora bien, si somos ordenados (como pretendo ser), el artículo que seguiría a este sería sobre Soyaniquilpan, solo que, ahora me encuentro en el norte del país y no me traje el disco que contiene las fotografías que tomé allí, por lo tanto, brincaremos esa parte y seguiremos en este derrotero lleno de sopresas gratas que nos va deparando el Camino Real de Tierra Adentro... afortunadamente Los Plateados ya no merodean por el rumbo.