miércoles, 23 de febrero de 2011

De San Marcos a Catedral, la calle Carranza que es Patrimonio de la Humanidad en Aguascalientes

Dentro de las particularidades y peculiaridades que nos ofrece el recién otorgado título de Patrimonio de la Humanidad al Camino Real de Tierra Adentro existe un concepto que, a diferencia de lo que estamos acostumbrados a ver en declaraciones del Patrimonio en las ciudades de Puebla, Guanajuato, Morelia, Oaxca y Zacatecas, por mencionar algunas, en las que todo el casco central de la ciudad se integra en el concepto patrimonial, aquí no es así. El concepto de Patrimonio en el Camino Real es por edificios en particular o por zonas específicas, tal es el caso de lo que hoy nos ocupa.

Vemos la placidez envidiable del Jardín de San Marcos, la historia completa, la verdad sea dicha, no la recuerdo a bien-bien; disculparás... sucede que, aquí como en muchos otros lugares de la "terra ignota", del "bárbaro norte", en donde las poblaciones locales eran hostiles y no aceptaban la presencia de los españoles, estos lo que hicieron fue traer a sus dos grandes aliados, los otomís, que se quedaron en la región del actual Guanajuato, y los tlaxcaltecas que se fueron diseminando por lo que era la Nueva Galicia.

No es de sorprendernos que en Aguascalientes encontremos estupendos trabajos de bordados y en general de textiles, no es tampoco de sorprendernos que, un poco más al norte y al occidente, en Cololotlán, hayan sido los descendientes de los tlaxcaltecas los que hayan seguido al padre Calvillo cuando éste se unió al ejército Insurgente; mucho menos nos debemos sorprender que más al norte aun, en el Saltillo, haya sido el lugar que originó uno de los grandes símbolos actuales de México: el Sarape, creación de manos tlaxcaltecas movidas hacia esa zona hace ya casi cinco siglos.

San Marcos, era el pueblo de indios, de indios tlaxcaltecas que, debido al crecimiento del asentamiento español en Aguascalientes se integró en una sola población. Desde hace varias décadas, Aguascalientes supo encontrar bien el rumbo y se organizó. Fueron creando esos anillos por donde la circulación de vehículos es más ágil y nos han dejado, para gusto de los que caminamos, espacios de absoluta tranquilidad, como es este que ahora disfrutamos.

Emblemático es ese arco de entrada al Jardín de San Marcos y es San Marcos, el santo patrono que le da sentido al mes de Abril cuando todo Aguascalientes se desborda en su ya centenaria feria.

Aquí, en lo que fuera el templo de indios, ahora ya recuperado y engalanado, vemos al centro a Nuestra Señora del Carmen, la emblemática Rosa Mística y a la vez Lucero de la Mañana. Está custodiada por el Sagrado Corazón de Jesús del lado izquierdo y Señor San José a la derecha, arriba vemos al Evangelista: San Marcos. (No recuerdo haber visto por allí a su emblema, el león).

Este enorme y moderno edificio está a tan solo una cuadra de lo que es el área catalogada como Patrimonio de la Humanidad y es ni más ni menos que el Palenque (eso creo, pues no entré) tremenda construcción que le da vida y es su eje central a la Feria Nacional de San Marcos, digna continuación de aquella que fuera la feria más importante de la Nueva España, la de San Juan de los Lagos.

Ahora los vemos vacíos, imagínate toda esta calzada llena de bares a diestra y siniestra por donde auténticos ríos de Cerveza y Michelada corren durante el mes de Abril, recordemos que el 25 de ese mes es el día dedicado al Evangelista y es el mero día de la Feria.

Otra tradición arraigada a Agauscalientes es, sin lugar a dudas la corrida de toros. La única vez que en mi vida he estado en una corrida ha sido allí, en la Feria de San Marcos, no recuerdo quién toreó, fue esto hace ya muchos años.

Y luego de recorrer todo el cuadrángulo que forma el Jardín de San Marcos enfilamos por lo que hoy se llama calle de Venustiano Carranza, lugar que forma el corredor que conduce a la Plaza de la Patria, la que vimos en el artículo anterior y que es también, parte del Patrimonio de la Humanidad.

Es bello, sin lugar a dudas; es limpio, cosa meritoria en nuestro país en donde todavía no acabamos de entender que lo mejor que nos podemos ofrecer como sociedad, entre otras cosas, es mantener el orden y la limpieza en las áreas públicas. Pero me surge una pregunta.

No cuestiono bajo ninguna circunstancia, el que esta calle haya sido declarada Patrimonio, pero veo una mezcla de construcciones, lo peor que vi fueron un par de ellas de manufactura de no más de veinte años, bastante feas, o mejor dicho, fuera del contexto, como quiera, siendo positivos el conjunto completo es agradable a la vista... caminemos por allí.







De colonial, a mi entender, lo que vi fue el templo de Santo Domingo al que, por cierto, mañana veremos a detalle; y este edificio que es la Casa de la Cultura. El resto son construcciones más bien de finales del XIX algunas y de principios del XX las más.

Como reflexión final y exprimiendo el positivismo al máximo... la historia de México se compone de épocas muy bien definidas cada una de ellas (en términos arquitectónicos), el Camino Real de Tierra Adentro nace durante el Virreinato y fenece cuando la Revolución estalla, consecuentemente sea arte Colonial o Novohispano, Neoclásico (el auténtico), como ese afrancesado y romántico de finales del XIX, todo, todo ello se engloba en los largos cuatro siglos que estuvo vigente el Camino Real de Tierra Adentro.

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