miércoles, 16 de marzo de 2011

Templo de Guadalupe en Guadalupe, Zacatecas, Patrimonio de la Humanidad

Fue de lo más representativo llegar a este punto, sitio que me había trazado como conclusión a esta, mi primera inmersión en el Camino Real de Tierra Adentro. La comencé justo en la víspera de la celebración de San Francisco de Asís en Tepeji, para luego seguir a la magnificencia que es el templo de San Francisco Xavier en Tepotzotlán, para llegar ahora, justo en la víspera de la Navidad a Guadalupe, Zacatecas y, cual costumbre tengo, ir directo a ver el templo principal de la localidad. Mejor recompensa no pude haber tenido.

Me parece muy emblemático que el punto de partida y de conclusión de lo que considero es la primera parte del Camino Real de Tierra Adentro, la que va de la ciudad de México a la de Zacatecas, tenga tales portentos arquitectónicos al inicio y al final, al alfa y al omega: Tepotzotlán, Estado de México y Guadalupe, Zacatecas.

Si mal no recuerdo fue a mediados del siglo XVIII que se nombro Patrona de la Nueva España a la Virgen de Guadalupe, para ese entonces su culto estaba ya muy difundido pues iba ligado, en buena medida, a las incursiones que los conquistadores y evangelizadores hacían con rumbo norte y la intensa liga que la Guadalupana tiene, desde su aparición, con la mentalidad mexicana está allí, ha estado allí desde el principio, así que, oficial o no oficialmente, el culto se había ya difundido por buena parte del territorio Novohispano.

Imagínate lo que es llegar luego de un largo día de recorrer haciendas, de maravillarnos con los silos, de caminar y caminar, de beber agua y dejar para mejor momento los sagrados alimentos en aras de visitar y conocer más y más de nuestro país y llegar, si bien un poco cansado y entrar en este recinto que iluminado adecuadamente nos hace ver algo que sus diseñadores jamás imaginaron pues no conocieron las bondades de la luz eléctrica.

Luego de santiguarme y, por que no decirlo, agradecer el llegar con bien al destino, esperé pacientemente a que el Oficio terminara, mientras mis ojos comenzaron a pasear por las bóvedas, a enfocar la magistralía con que fue elaborado el altar mayor... a notar la precisión de los detalles, el equilibrio de las formas. El Oficio terminó y entonces caminé hacia el frente para extasiarme debajo de la cúpula que el templo posee.

Pensaba transcribirte los apuntes que hice sobre Guadalupe pero creo que no es hoy el momento, mejor te invito a que te sigas maravillando con esto que es, indudablemente una de las tantas joyas que Zacatecas tiene en su tan especial y colorada tierra...











2 comentarios:

  1. te felicito por esto, esos templos que nos regalas en estas fotos, son de admirarse, por su belleza, y que, mas al saber el grado de dificulatad que han de haber tenido para construirlos.y tambien que fueron hechos para la Gloria de Dios.

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  2. De verdad, son joyas. No construyen templos así aquí en EE. UU.

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