viernes, 3 de junio de 2011

El anecdotario oscuro del Mar de Cortés: la destrucción de la piedra de La Balandra

Como bien sabes, vivo errante, en lo que va del año es la quinta computadora que puedo usar para seguir contándote de lo que veo, de lo que pienso y de lo que me sorprendo, como en este caso, de la falta de conciencia que, en ocasiones, nuestros compatriotas tienen, y no me refiero a cuando aquél individuo en estado etílico se orinó sobre la llama eterna que hay debajo del Arco del Triunfo en París cuando en Francia se celebró el campeonato mundial de Fútbol. Y como en esta computadora no tengo procesador de fotografías no te podré incluir las vistas increíbles que hay en la playa de la Baranda en La Paz, Baja California Sur. Esto que leerás sucedió lastimosamente en agosto de 1988. Sí, en agosto, plena época de vacaciones en México.

Si nunca has estado en La Paz no conoces la piedra de La Balandra, consecuentemente no sabes de lo que te estoy hablando. Pues bien, las playas de La Paz son excepcionalmente bellas, su coloración es impresionante. El azul turquesa que se logra en los meses de verano contrastan fuertemente con el color cobrizo de los cerros que se sumergen en el Mar de Cortés, si bien las playas no son de arena fina, por el contrario de piedrecillas, y el sol de verano es tan intenso que si no llevas tu sombrilla padecerás el calor infernal propio de la zona, te llevarás un recuerdo impresionante al ver las formaciones rocosas, y sobre todo los contrastes en coloración. Y la Balandra es una piedra que a fuerza de resistir la erosión y las olas del mar se fue esculpiendo una forma muy particular que practicamente negaba todas las leyes del equilibrio establecidas. (Lástima que ahora no te pueda incluir la foto, pero creo me entiendes a lo que me refiero). Pues bien, mexicanos, supongo que con una buena cantidad de cervezas en la barriga y la imprudencia propia del caso, se sube, uno de ellos (me imagino también el sobrepeso que padecía esta criatura), pues se sube a la emblemática Baranda para tomarse ¨la foto de sus vacaciones¨ y esa obra que la naturaleza tardó varios millones de años en esculpir se vino abajo.

Así como lo estás ahora imaginando, así sucedió. Agrega la cara ¨triunfal¨ del individuo montado en la piedra levantando su cerveza para inmortalizar su viaje a La Paz.

Lamentablemente no tuve la precaución de anotar la referencia de donde obtuve el siguiente escrito, pero es una colección de anécdotas acontecidas en la capital del estado de Baja California Sur, aquí la reseña del penoso acontecimiento:

¨Uno de los aspectos más dolorosos de nuestro país es el irresistible y muchas veces inconsciente impulso destructor que vive en nosotros. Pareciera, la mayoría de las veces, que no consideramos como nuestro entorno y las cosas que nos rodean; que estos fueron puestos ahí ¨por alguien¨ (para nuestro disfrute o nuestra furia destructora), y que ese alguien tendrá que preocuparse por cuidarlos.


Así, a lo largo de nuestra historia, hemos acabado con bosques, riquísimas bibliotecas, monumentos arquitectónicos, ríos, lagos, animales y tantas y tantas cosas más. Difíciles de enumerar, que son nuestro patrimonio, nuestro México.


Sin embargo la situación está cambiando en los últimos años y cada vez hay más consciencia por parte de personas, autoridades, y diversas agrupaciones, para tratar de conservar, preservar y rescatar las maravillas de este país que nos pertenece. De estas actitudes, tan opuestas, es ejemplo lo sucedido en Puerto Balandra, BCS. Sus habitantes tenían como orgullo y símbolo de su población una enorme piedra en la playa, comida por el mar, que en difícil equilibrio se sostenía por su parte más delgada.


En agosto de este año unos irresponsables turistas, subiéndose a la piedra, la rompieron. Afortunadamente, las autoridades municipales tomaron las medidas adecuadas: mandaron restañar las heridas de la famosa piedra, fijándola con cemento. El próximo año el monumento natural quedará como antes y a salvo de cualquier tipo de ímpetu. Nos alegramos por ello¨. (1)

Así de triste las cosas. ¿Será que llegue el día en que todos, absolutamente todos, hagamos consciencia de que nuestro entorno es frágil, que no nos pertenece y que solamente lo tenemos de prestado?

Fuentes:

1.- Sí encontré la fuente: es un libro-memoria, llamado Los Editores, número 142, correspondiente a Diciembre de 1988 y publicado en La Paz, Baja California Sur.

Para que comprendas mejor la magnitud de la estupidez humana y de los turistas, da en Google ¨la balandra la paz¨.

1 comentario:

  1. Para los Paceños solo es Balandra, sin el "la".
    Felicidades buanas reseñas.

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