lunes, 28 de mayo de 2012

La hacienda de Atotonilco o la antigua Casa de Ejercicios?

  Quizá el primer artículo que escribo sobre Atotonilco, Guanajuato, debería hacerlo sobre su extraordinario santuario, ese cuyas torres estamos viendo en esta fotografía, pero no es así, lo que hoy veremos será la que fuera la antigua Casa de Ejercicios. No creo haya sido la hacienda, pues de ella, la que hubo, no se menciona mucho, en cambio de la Casa de Ejercicios oiremos siempre, especialmente por ese pequeño morbo que desata el uso (ya prohibido) de silicios.

  Comienzo por aquí por una razón grande. Cuando caminamos un poco más allá, cosa de cien o ciento cincuenta metros, de donde todo turista que llega a conocer la llamada "Capilla Sixtina Novohispana" y que sale perplejo de ella, tenemos que hay una construcción si bien nada grandiosa pero que si guarda su parte de historia y vemos que está en total abandono y es usada como letrina nos entra (me entra) una confusión de ideas con lo que pudieran ser los lineamientos de UNESCO y su programa de sitios Patrimonio de la Humanidad.

  Vemos aquí que en la parte alta de esta pared, por cierto, de bóveda de medio cañón, el letrero que anuncia la venta del terreno, dan allí tres teléfonos. Me pregunto si hubo una razón por la cual esta parte que está pared con pared con el Santuario no pudo haber sido rescatada y crear allí un espacio en el que bien se puede recrear lo que fue la idea principal del padre Alfaro y su razón de levantar allí un Santuario ya que, el espacio, a pesar de estar en ruinas, emite un cierto algo, quizá la espiritualidad que allí se contuvo durante una buena cantidad de años...

  Aquí vemos, al fondo, como es que esta propiedad privada se adhiere al Santuario, vemos como el empedrado rodea pasa frente a estas ruinas, incluso las rodea. Vemos también como el programa de rescate que tengo entendido fue a lo largo del 2010, incluyó todas las fachadas de la comunidad, pero este sitio, que igual guarda una profunda historia, nadie lo tocó.

  Leo en el libro en el que me apoyo para este artículo una frase de Octavio Paz que dice: "La arquitectura es el testigo insobornable de la historia". En esa base, ni más ni menos, de la pluma grande de Paz bien podemos reflexionar de todo lo que estas paredes ya en ruinas y a punto de caer nos pueden decir de su historia, de su insobornable historia, para recalcar lo dicho por el maestro.

  Atotonilco es un nombre que iremos encontrando a lo largo y ancho de México. Significa lugar donde brota agua caliente y aquí, evidentemente era un sitio en donde había varios manantiales, de algunos de ellos siguen  emanando aguas y forman parte de la oferta de balnearios que hay en la zona. El sitio, además, era paso del Camino Real de Tierra Adentro y punto desafortunado en donde se daban asaltos continuamente. Fue allí en donde el padre Alfaro, luego de una visión divina, decide levantar un templo dedicado a Jesús Nazareno.

  "Así los chichimencas conocían las propiedades curativas de las aguas termales o geomedicinales. Para ellos los manantiales representaban lugares paradisiacos de descanso y purificación; también eran sus lugares de adoración o ceremoniales las cuevas y montes ya que no tenían templos. En más de una ocasión se ha hecho referencia a la afición cuevanense de los abajeños, lo cierto es que sus centros ceremoniales distan mucho de ser comparables con las edificaciones religiosas de los pueblos del valle del Anáhuac..."

  Así pues, el autor nos deja entrever que el sitio de Atotonilco era ya conocido por los Chichimecas pues al haber abundante agua y vegetación se convertía en el sitio ideal para reposar de los continuos movimientos que este pueblo hacía y al pasar por allí los primeros convoyes los asaltos se daban continuamente, el padre Felipe Neri Alfaro, pasando un día por allí, ya que vivía en San Miguel el Grande e iba rumbo a Dolores fue que tuvo esa aparición, motivo por el cual decidió él mismo levantar una iglesia con sus propias manos.

  "Al ser la tercera razón de la fundación la aparición de Jesús Nazareno en el páramo desierto, el P. Alfaro no tardó en hacer las gestiones necesarias para erigir el Santuario solicitado, uniéndolo así a su propósito de fundar un recinto en donde las múltiples Casas o Santas Escuelas abajeñas encontraran ejercicio seguro. Además de que la solicitud de Jesús en sus sueños concordaba con las intenciones de Alfaro, pues era de primera necesidad fundar un lugar de "penitencia y devoción" ahí donde se habían espinado muchos inocentes...".

  Si te estas preguntando que sobre la primera y segunda razón para la fundación del Santuario de Atotonilco, el autor nos dice que "de esta manera, con la fundación y propagación de las Santas Escuelas tenemos la primera razón importante que tuvo Alfaro para fundar el templo y Casa de Ejercicios de Atotonilco.  Una "investigación de mercados" que le aseguraba el éxito de las tandas de ejercicio, un "trabajo de campo" que cobraba adeptos y admiradores. El segundo motivo para la fundación del Santuario de Atotonilco se debía a los usos y abusos que se habían dado en aquel "páramo desierto". (1)
  Es así como la primera piedra se coloca el 3 de mayo de 1740 y sí, efectivamente, aquí existió una hacienda ya que "es de suponer que el Padre Alfaro puso inmediatamente manos a la obra, ya que, al efecto, compró a Don Ignacio García, toda la Hacienda de Atotonilco, que era muy grande, y así pudo disponer libremente de lo necesario para empezar a cumplir la voluntad de nuestro Señor". (2)
Así fue como inició la magna obra que el padre Alfaro decidió iniciar, se dice que él, era tan intenso en su pensar y actuar que durante la semana santa representaba haciendo largas caminatas y con la cruz más pesada recorriendo varios kilómetros pero no solo eso, sino que portando una corona de espinas. Y que era tal la cantidad de sílices que llevaba que al momento de revestirlo para el oficio de la misa, era difícil colocarle las mangas debido a la presencia de estos medievales objetos para la mortificación de su cuerpo.

Y encuentro aquí una razón por demás profunda en una especie de sincretismo religioso que vamos viendo en cada sitio de fuerte presencia Católica y de añeja tradición prehispánica, pues en Atotonilco, como lo era en Araró, el peregrinaje que se hacía era para ofrendar sangre a las deidades, sangre que se obtenía luego de oradar orejas y nariz, usando como instrumento, las filosas puntas del maguey, algo similar a las espinas de la corona de Jesús; quizá sea por eso que en Atotonilco se mantuvo hasta hace poco la tradición de las penitencias físicas. Sigamos viendo otras tomas del sitio que, presumo, fue la antigua Casa de Ejercicios.




Fuente:

1.- Hernández, Jorge F. La soledad del silencio. Microhistoria del santuario de Atotonilco. FCE-Universidad de Guanajuato. México, 1991.

2.- Mercadillo Miranda, José. El venerado e histórico Santuario de Atotonilco, Guanajuato, 1984. Citado por Hernández, Jorge.


3 comentarios:

  1. Son unas ruinas muy fotogenicas y enigmáticas, Aunque si bastante descuidado, siempre quise saber que finalidad habría tenido este lugar que visito cada que voy a atotonilco! Muy buen reportaje!!

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  2. Benjamin.
    ¡Excelente tu aportación!

    Saludos

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