martes, 1 de enero de 2013

El Calendario de la Democracia: Una interesante explicación de los signos zodiacales.

 3 x 4 = 12. Con esta fórmula aritmética propia del tercer grado de educación primaria, comenzamos. Es simple y, sin darnos cuenta, la usamos varias veces al día pues en buena medida nos refiere al reloj y, si la vemos con atención el día de hoy, que comienza el año, nos refiere también al calendario. El reloj porque lo entendemos tres en tres y así sabemos, muy bien, que el reloj marca solo 4 números: 3, 6, 9, 12. El calendario nos dice cada tres meses se cumple una de las 4 estaciones. Y más aun, en muchos mercados, incluso supermercados, se mantiene aquella arraigada tradición de comprar por docenas. No dudo que dentro de toda esta retórica -si es que la palabra aplica para este caso- sea el punto de partida por el cual fueron seleccionados 12 Apóstoles. Pero no me complico más, ese tema nos dará mucho de que hablar a lo largo de los 12 meses que hoy se inician. Mejor veamos otra cara de las docenas: la del zodiaco que... ¿asares? de la vida, son precisamente 12.

 El 20 entra el Sol en Acuario. -Esta constelación se compone de 40 estrellas, y se representa alegóricamente en la figura de un joven vertiendo un cántaro de agua, porque en la Caldea, donde recibió el signo su denominación, este mes es lluvioso, así como entre nosotros es frío por la fuerza de los vientos.

 El 19 entra el Sol en Piscis.- Este signo se compone de 34 estrellas, y se representa en la figura de dos peces. Este emblema trae su origen de que en los pueblos orientales en este mes se escaseaba la caza, y era el tiempo de la pesca. La estración en este mes es muy variable, particularmente en la temperatura.

 El 21 entra el Sol en Aries.- Este signo consta de 13 estrellas que representa la figura de un carnero, aludiendo al tiempo en que los corderos comienzan a seguir a las madres. La entrada del Sol en este signo causa el equinoccio de Verano y principia la tierra a experimentar sensiblemente la fuerza y calor de aquel astro. 

 El 20 entra el Sol en Tauro.- Ochenta y un estrellas componen esta constelación, a la cual se representa con la figura de un toro, por ser la época en que paren las vacas. La temperatura en este mes es de las mejores del año, no obstante el calor que en algunos días se sentirá.

 El 21 entra el Sol en Géminis.- Se compone esta constelación de 18 estrellas, y se representa en las figuras de dos niños gemelos. Este emblema antiguamente se representaba en dos cabritos, por ser el tiempo en que éstos nacen. Al fin de este mes las nubes anuncian la proximidad de las lluvias.

 El signo de Cáncer o del Cangrejo, consta de 9 estrellas, y se representa en la figura de este animal, cuya propiedad es no marchar derecho sino hacia un lado, y como el Sol entra en esta constelación el día 21 en que ocasiona el Estío, parece que varía su carrera hacia un lado, se tuvo razón para darle a este signo semejante denominación.

 La constelación de León en que entra el Sol el día 22, tiene 27 estrellas y se representa en su propia figura. En los desiertos de Asia es intolerable este mes por el calor; parece que al León, entre todos los animales, le era mas sensible el rigor del Sol, y furiosos y sediente rugía con espanto por esto los astrólogo lo escogieron para representar la estación calurosa, que los modernos han distinguido con el nombre de la Canícula.

 El 23 ocupa el Sol el signo de Virgo, el que se compone de 26 estrellas, y se representa bajo la figura de una doncella con una espiga de trigo en la mano, en señal de que era el tiempo de la siega, y en el que los antiguos labradores empleaban a sus niñas en la rebusca de espigas separadas de las cañas.

 Libra.- Esta constelación se compone de 8 estrellas, y se representa bajo la forma de una balanza, cuyo emblema se adaptó para significar que este mes se equilibran los días con las noches. El Sol entra en este signo el día 23 y hace el equinoccio de Otoño, época en que las lluvias han cesado y la tierra se halla libre de los grandes calores.

 El 23 entra el Sol en Escorpión, cuyo signo consta de 21 estrellas, y se representa en la figura de este animal. Este mes era muy calamitoso para los babilonios y caldeos, porque experimentaban muchas enfermedades y padecimientos; para designarlo eligieron a este reptil ponzoñoso.

 El 22 entra el Sol en Sagitario. Se compone este signo de 23 estrellas, y se le representa en figura de un cazador en ademán de disparar una flecha del arco que tiene en sus manos, emblema muy adecuado para denotar la estación de la caza de animales grandes. En este mes los árboles comienzan a depurarse de sus hojas marchitas por los vientos fríos, precursores del invierno.

La constelación de Capricornio numera 28 estrellas. Dice un autor que los antiguos se valieron para representar este signo, de la figura de una cabra salvaje, cuyo carácter, como el de los guanacos en los Andes, es trepar por las montañas cuando el campo está cubierto de nieve, para remontar los arbustos.

Me parece fascinante lo que aparece en este Calendario de la Democracia  publicado por Alejandro J. Valdés en la ciudad de México a finales del año de 1850. Se más que notoria esa relación cielo-tierra, una especie de dualidad manifiesta en las relaciones que se hacen entre los signos zodiacales, más precisamente, las Constelaciones y lo que sucede en la tierra en función a temperaturas, siembras y cosechas; además de caza y pesca. Es curioso ver que el concepto de Primavera no existe y se le da el nombre de Verano. En cambio, a lo que hoy día conocemos como Verano, se le denomina Estío. Se dice de la entrada del Otoño, pero no se menciona nada del Invierno. Me atrevo a pensar que la idea reinante en el México del siglo XIX era la de dos temporadas solamente, la de secas y la de aguas. Interesante también ver las reglas gramaticales de la época, que solían acentuar las consonantes.


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