lunes, 8 de abril de 2013

Cuando el "pueblear" se vuelve un arte superlativo. Chablekal, Yucatán.

   Me comentaban los amigos que amablemente me están hospedando en Mérida que Yucatán es como vivir en otro país, yo diría más bien que es como vivir en otro mundo. Un mundo en donde hay aun amabilidad hacia los visitantes, en donde hay tiempo para sentarse a admirar lo que la prodigiosa naturaleza ofrece. Un mundo en donde las raíces ancestrales están vigentes, en donde la comida es una delicia, en donde el uso del color se vuelve obsesivo y se aplica de maravilla en los contrastes más atrevidos. Si quedé gratamente sorprendido, incluso rebasado de lo que esperaba encontrar por acá, eso solamente al visitar Mérida, ahora que comienzo con la "puebleada", estoy totalmente admirado de lo que en apenas día y medio he visto. Es por eso que afirmo que eso que es el arte de pueblear, en Yucatán es algo que va un poco más allá de las expectativas.
 
   Aunque en semanas anteriores, estando en Cancún, hice algunas incursiones en el estado de Yucatán, esas veces fueron en la parte que más contacto con los turistas tienen, debido a la cercanía de la costa del mar Caribe mexicano que recibe miles y miles de turistas venidos de todos lados en busca de la experiencia maya, llegan a lo que buenamente pueden: Chichen Itzá, Valladolid y, en el mejor de los casos, Ek Balám, y Tulúm; pero en el rumbo donde ahora me encuentro, que es más a profundidad en la zona maya, compruebo que, en efecto. aquí es otro mundo.

   Ahora mismo te escribo agotado luego de hacer un recorrido extraordinario que comenzó ayer en Chablekal, siguió por Dzibilchantún, pude reposar un poco para hoy, muy temprano reiniciar en Cholul, Acanceh, Tecoh, Tekit, Maní y ahora dormiré en Oxkutzcab. Quizá los nombres no te sean familiares, te sugiero ver un mapa de Yucatán para ubicar estos rumbos y en los próximos días te iré mostrando las mil maravillas que acabo de ver... me siento incluso saturado luego de haber visto desde lo imaginable hasta lo inimaginable. Definitivamente, Yucatán es otro mundo.

   Pero no nos confundamos y vamos por partes. Las fotografías que ahora te comparto son las que tomé en el pueblo de Chablekal, ubicado al norte del municipio de Mérida. Esta es una comunidad de unas tres mil almas. El sitio es bastante tranquilo, algo que me sorprendió ayer domingo que llegué allí para desayunar unas extraordinarias tortas, una de Cochinita Pibil, la otra de Pierna en Relleno Negro (para luego decepcionarme por el crecimiento de mi panza), y mientras las saboreaba me absorbió el sonido de lo cotidiano, esto es el canto de pájaros que por cientos pasaban, el ruido que producen las motos que van y que vienen y que son las que le dan vida a estos pueblos de Yucatán (las motos cumplen con el muy cómodo servicio de taxi en las pequeñas comunidades) y, siendo domingo, en el templo había oficio. Los templos en Yucatán mantienen una característica en su construcción que aquí tomó carta de naturalización: la espadaña.

   Al acercarme al templo compruebo algo que se ha dicho en varias ocasiones: que los evangelizadores utilizaron la piedras de los templos, mayas en este caso, para levantar los templos católicos. Creo que la prueba es contundente al ver estas fotografías. Será bueno aclarar que Chablekal es escala obligada si piensas visitar la zona arqueológica de Dzibichaltún.



   Santa Ursula es a quien está dedicado el templo, será bueno recordar que ella es la protagonista de aquella muy afamada historia-leyenda de las Once Mil Vírgenes.


   Este fue parte del desayuno, la Pierna en Relleno Negro, exquisitez de la gastronomía yucateca que tienes que probar, aunque se vea un poco extraño, el sabor es delicioso.

   Cumplidos los preceptos dominicales de desayunar tranquilamente y asistir a misa o, en todo caso -que es el mío-, asistir a un templo e domingo, nos disponemos a caminar por este pueblo de Chablekal para ver que tanto descubrimos por sus calles, creo que las fotos te irán diciendo lo que por allí fuimos encontrando.



















 

2 comentarios:

  1. excelente Benjamin, estoy segura que muchas personas, me incluyo, no sabían de las piedras labradas en el templo de Chablekal y es mi camino a casa

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  2. Hola Benjamín, andaba buscando información sobre el horario de misas en la iglesia de Chablekal y un hilo invisible me trajo a tu blog :). Muchas gracias por tu nota, me terminaste de animar a ir a conocer este pueblo ¡y comer tortas, por supuesto! Un abrazo

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