martes, 17 de febrero de 2015

El estilo del siglo XVI presente en construcciones del siglo XXI. Comunidad de Las Huertas, municipio de Jilotepec, Estado de México.

   Muchos son los templos que hemos visto en El Bable, el que hoy nos ocupa tiene varias características. A diferencia de todos los que hemos recorrido, éste no sobresale por su antigüedad, Me llama la atención por ser un ejemplo vivo del rescate de tradiciones y espacios, del mantener una idea que comienza hace casi quinientos años en cuanto a dimensionalidad del recinto en donde se realizarán los oficios relativos a la religión, la ver el tamaño del atrio y la disposición de dos elementos claves del mismo: la cruz atrial y la capilla abierta dispuestos casi en la misma forma que como se hacía en el siglo XVI me dice de una permanencia y de una idea de arraigo que quiere sembrar sus raíces con profundidad.

    Las capillas abiertas surgieron en la primera etapa de la evangelización. Tal vez fue fray Pedro de Gante su creador; este fraile franciscano construyó una enorme capilla abierta en la ciudad de México, la cual llegó a ser el templo más importante, incluso que la primitiva catedral, dadas sus dimensiones: siete arcos de frente. Con en tiempo desaparecería. Se llamó San José de Naturales. Otra más, que destaca incluso en la actualidad, se localiza en Tlalmanalco, Estado de México, se considera, desde el punto artístico, la obra máxima en cuanto a capillas abiertas se refiere. Y una más, seguramente la más espectacular de todas las que se erigieron, fue la Capilla Real en Cholula, Puebla.

   Las capillas abiertas fueron implementadas en México por dos razones, una, porque los antiguos mexicanos entendían que toda ceremonia religiosa debía ser al aire libre, la otra fue debido a la cantidad de indios que tenían que ser evangelizados, que no cabían en ninguno de los templos católicos construidos. Es por eso que nace la capilla abierta, la cual se localizaba, regularmente, dentro del área del atrio. Las hubo de diferentes modos, como la de Tlahuelilpan, Hidalgo, que es elevada, para que se pudiera ver el oficio religioso desde cualquier parte del atrio.

   Hubo unas denominadas capilla abierta aislada, la cual consistía de una especie de pequeño portal pero no se ubicaba dentro de un convento, tampoco en una visita, quizá era en una ranchería a la que se congregaban los indios para asistir a los oficios. Por el rumbo de Coyoacán había varias de estas capillas aisladas que, con el tiempo, fueron transformadas en templos.

    Con todo esto entenderás bien la razón por la cual me sorprendió tanto ver, en el atrio de la Parroquia de Guadalupe, de la comunidad llamada Las Huertas, en el municipio de Jilotepec, Estado de México, un atrio de dimensiones, digamos que, "virreinales", con su capilla abierta y su cruz atrial, lo sorprendente es que se comenzó a levantar apenas en los años setenta del siglo XX, manteniendo todas las características del XVI.

   Aquí lo vemos, un atrio de gran dimensión, la capilla abierta en la parte norte, la cruz atrial no en el centro sino desplazada hacia el oriente, dejando paso suficiente para entrar y salir pues está justo al frente de la puerta de acceso.



   En la parte superior de la capilla abierta está un San Miguel Arcángel. El templo se encuentra en proceso de ampliación, ya muy avanzado y se ha integrado perfectamente lo que era el templo original a la nueva construcción, todo dentro de un estilo bastante particular, de tendencia moderna, con elementos muy bien balanceados. Calculo que serán al menos un par de años más para que quede concluido totalmente.







    Y, para terminar esta visita a Las Huertas, veamos el estilo que permanece, como reminiscencia del XVI, en donde, al frente del atrio, se colocaron las almenas, ya en un estilo más relajado del original que buscaba no tanto la ornamentación sino la defensa. 

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