martes, 10 de febrero de 2015

La capilla abierta del convento de San Luis Obispo en Tlalmanalco, Estado de México.

   Si quedamos maravillados con el convento de San Luis Obispo de Tolosa, en Tlalmanalco, Estado de México, y todo el discurso iconográfico que encierra, es cosa de salir de allí y caminar unos cuantos pasos hacia la izquierda para llegar al lugar en donde fue construida la más hermosa de todas las capillas abiertas en Nueva España. Se dice, Wikipedia dixit, que de las 74 existentes, la de Tlalmanalco es, en definitiva, la más sorprendente de todas.

    Hay autores que la catalogan dentro del estilo románico, otros que mudéjar, unos dicen que es plateresca, otros que tequitqui, incluso hay quien ha catalogado esta expresión suprema de arte escultórico como arte indiano.

    La capilla está bajo custodia de Monumentos Coloniales del INAH, y tiene un costo la entrada, creo de 43 pesos en 2014. Esa suma es una auténtica inversión pues lo que allí veremos es algo que va más allá de todo lo imaginable. Recuerdo haber visto alguna fotografía de las más antiguas tomadas en México, en donde el autor queda asombrado ante la maravilla que tienen frente a sí, la capilla no estaba precisamente en ruinas, pero sí un poco deteriorada, se dice que nunca fue terminada, del techo no queda nada pues era de paja, la viguería que lo sostenía igual desapareció y no se ven vestigios de los puntos de apoyo de esas vigas, hasta donde buenamente recuerdo.

    Las capillas abiertas, bien lo sabemos, fue el modo en que se adaptaron los evangelizadores para predicar la palabra pues los antiguos mexicanos, que por un lado eran contingentes numerosos que asistían a esas nuevas prácticas religiosas, no estaban habituados a ningún tipo de ceremonial en recinto cerrado, de allí que surgiera la idea de hacer los oficios a la intemperie. Se dice que esta capilla de Tlalmanalco se comenzó a construir en 1536, luego de que se erigiera la otra magna capilla abierta que hubo en México: la de San José de Naturales, que contaba, dicen, 7 arcos.

     Otra de las magnas capillas abiertas que hubo, fue la de Cholula, que luego sería transformada en un templo de recinto interior, es decir, pasó de ser una capilla abierta, a una capilla cerrada y es el sitio en donde se creó la leyenda de que en esa población existe un templo para cada día del año, confundiendo o exagerando un poco la idea de que son montones de bóvedas y cúpulas las que formaban esa capilla.

    Te recomiendo buscar en la red, la literatura adecuada y especializada que describe esta capilla, es algo, en verdad abrumador, de una belleza tan exquisita que nos impacta fuertemente al estar frente a ella. Tlalmanalco se encuentra luego de Chalco y antes de Amecameca, en el lado oriente del Estado de México.





 

 

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