jueves, 5 de febrero de 2015

La Parroquia de la Asunción en Amecameca, Estado de México. El Manierismo.

    A Amecameca lo tenía como uno de mis grandes pendientes por visitar, indudablemente que las imágenes que había visto con los volcanes al fondo eran el foco de mi atención, más aun el saber que allí, en Panoaya, vivió Sor Juana, al llegar al atrio del que fuera el Convento de la Asunción todo se cumplió: la idea de ver un magno templo conjunto conventual con los volcanes de fondo se presentaron, luego fue cosa de caminar por el recinto a paso lento, sin prisas, para ver los más detalles posibles.

    El convento de la Asunción comenzó a ser construido en 1554, casi diez años se llevaron en la obra, la idea de evangelización de la Orden de los Predicadores, (los Dominicos), geográficamente estaba ya determinada, pues saliendo de la ciudad de México, en rumbo oriente fue en donde comenzaron a hacer sus establecimientos, ya habían levantado el de Chimalhuacán, no muy lejos de allí, seguirían por Puebla y, especialmente, por Oaxaca y Chiapas.

    Lo más interesante que vemos en este templo de la Asunción, actual parroquia, es su estilo, se trata del llamado Manierista, que es la transición entre aquellas construcciones de corte medieval que se construyeron en varios puntos de los actuales estados de Hidalgo y Puebla, y antes de la aparición del barroco, que sería, el buena medida, el sello distintivo de la arquitectura novohispana. Hasta donde buenamente recuerdo, este es el primer ejemplo de arquitectura Manierista que estamos visitando.

   La arquitectura manierista es aquella fase de la arquitectura europea que se desarrolló entre 1530 y 1610, es decir, entre el final de la arquitectura renacentista y el comienzo de la barroca. Los historiadores consideran al manierismo como la última fase del Renacimiento, precedida por las del humanismo florentino y por el clasicismo romano; sin embargo, si las primeras dos fases son distinguibles temporalmente, no resulta tan claro con el clasicismo y el manierismo que coexistieron desde inicios del siglo XVI. El término «maniera», usado ya en el siglo XV para indicar el estilo de cada artista, fue empleado por Giorgio Vasari en el siglo posterior para describir uno de los cuatro requisitos de las artes (orden, medida, diseño y maniera), con particular referencia a las obras de Miguel Ángel; luego lo utiliza Jacob Burckhardt para definir de manera peyorativa el arte italiano entre el Renacimiento y el Barroco. No obstante a inicios de siglo XX, a la luz de las nacientes culturas surrealistas y expresionistas, la crítica revaloró la cultura manierista. (Wikipedia.)




















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