martes, 8 de diciembre de 2015

Inevitable en estos días, el tema de Guadalupe

   Me gustaría saber si no hay un rancho, pueblo o ciudad en México en el que, en estos días, no se recen rosarios dedicados a Nuestra Señora de Guadalupe, la patrona, la reina, la emperatriz, la madre, la niña y cuanta mote o título más se le ha dado a lo largo de los siglos. Más allá de caer en la absurda discusión de que si ocurrió o no ocurrió la aparición, nos vamos a los hechos, hechos que son que, a lo largo del XVII, cuando se comenzó a consolidar la idea de una Guadalupe mexicana el Tepeyac se volvió el punto focal de los sentimientos religiosos de la aun no nación mexicana (pues era Nueva España), idea que, a mediados del XVIII una vez entronizada y con oficio propio su presencia fue más que absoluta en todo sitio que se llamara México. De esta historia, la documentada, hablaremos mañana, hoy de lo que se trata es de compartir contigo algunas imágenes que capté en mi última visita "a la villa", es decir, a la Basílica de Guadalupe, cuyo nombre oficial es, en la actualidad: Insigne y Nacional Basílica de Santa María de Guadalupe.

















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