sábado, 12 de noviembre de 2016

De caminos, mesones y palabras, el caso de Salamanca en 1882

   A lo mucho que hemos visto en este Bable sobre el Camino Real agregamos algo debido a un interesante documento que encontré en el Archivo Histórico local, en donde nos dice la cantidad de mesones que había en 1882 en la villa de Salamanca, población a mitad del camino entre México y Zacatecas, y paso de recuas a y desde las minas de aquella población y de las de Guanajuato que iba, o venían, según era el caso con la mercancía correspondiente. 

  No es que Salamanca fuera una parada importante en el camino, era una más, y era también cruce de caminos pues aquí llegaba el que venía de Morelia y, luego de cruzar el río Lerma, se unía al de Guanajuato. Por aquí pasaban más caminos, además del Real, que cruzaba la población, estaban los caminos de arrieros que acortaban distancias, estaba el llamado camino de "Partidas" que era el que comunicaba las haciendas de la parte norte del municipio, sale de sobra mencionar los senderos y atajos que solamente los jinetes más experimentados conocían, esos acortaban aun más las distancias entre lugar y lugar.

   En Salamanca, luego de la Reforma y el Segundo Imperio, era el lugar en donde la diligencia que seguía para Guadalajara pernoctaba, una buena cantidad de mesones (cuando todavía se escribían con "z") florecieron. Para 1882 eran 20 los establecimientos que había, debemos saber que la población en la villa andaba al rededor de los trece mil, lo cual quiere decir que el número de mesones era considerable y nos deja ver la importancia que la arriería seguía teniendo. De los 20 establecimientos registrados, 7 de ellos tenían la categoría de "Mesón", 10 eran "Posadas", 1 "Casa de Huéspedes" y 2 eran "Corrales". Solamente los mesones más grandes eran los que tenían sus propios corrales, los demás tenían que hacer uso de espacios que se rentaban para que las mulas, burros y acémilas en general comieran y estuvieran a buen resguardo. 

   El lenguaje usado en ese mundo aparte que era la arriería daba un cargo específico a cada persona que trabajaba en la recua, así tenemos que el encargado era conocido como Atajador, el nombre se deriva de que a la yegua iba a la cabeza se le conocía como "atajadora". A los costados de la recua iban los "mozos" que vigilaban el cargamento. El "sabanero" era el encargado de alimentar a las mulas en cada parada y el "cargador" era quien controlaba la repartición de la carga en las mulas. Hay una palabra que me llama la atención, la "posada". Seguro la asociamos como el lugar en donde se pasaba la noche, lo cual es correcto, pero por posada también se conocía a un estuche indispensable para andar por los caminos: "Se llama también el estuche compuesto de cuchara, tenedor y cuchillo, que se lleva en la faltriquera cuando se va de camino, para conveniencia en las posadas".

En cuanto a la faltriquera, esa, el Diccionario de Autoridades, Tomo III, de 1732 lo define así:

FALTRIQUERA. s. f. La bolsa que se trahe para guardar algunas cosas, embebida y cosida en las basquiñas y briales de las mugeres, a un lado y a otro, y en los dos lados de los calzones de los hombres, a distinción de los que se ponen en ellos un poco más adelante, y en las casacas y chupas para el mismo efecto, que se llaman Bolsillos. Viene de la voz Falda, por cuya razón dicen otros Faldriquera.

  Estos eran los sitios de hospedaje, 9 de ellos situados en la Calle Real, es decir, la calle que entraba y salía por el camino real, los demás por calles próximas a la plaza principal. Desde entonces los nombres son los de emblemáticos Santos: Francisco, Cristóbal, Juan, Pedro, Jesús María, Vicente, Bartolo. Lo dicho, la arriería era un mundo aparte.



Diccionario de Autoridades - Tomo IV (1734)

MESON. s. f. La casa donde concurren los forasteros de diversas partes, y pagándolo se les da albergue para sí y sus cabalgadúras. Covarr. dice es tomado del Francés Maison, que vale lo mismo. Latín. Diversorium. Hospitium. RECOP. lib. 7. tit. 11. l. 7. Y mandamos a las nuestras Justicias, que dexen y consientan vender en los dichos mesones las dichas cosas de comer y beber: teniendo especial cuidado de mirar y proveer que los que tuvieren mesones, sean personas quales conviene. 

2 comentarios:

  1. Como siempre toda tu investigación Benja ¡Fascinante!

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  2. Impecable tu investigación ha enriquecido mucho la investigación arquitectónica que estamos haciendo para las catalogaciones de los monumentos. Gracias Benjamín por tu pasión y dedicación.

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