viernes, 16 de diciembre de 2016

Una fábrica que hubo en el Salitre, al norte de Salamanca, Guanajuao

    ¿Cuándo operó? ¿cuál era el giro? no lo se. ¿era realmente una fábrica? tampoco lo puedo afirmar pues por esos rumbos del note de Salamanca pocos datos históricos, es decir, de documentos, hay. Llegué ahí parte por casualidad, parte por curiosidad. La casualidad fue que, al ver desde lejos los pilares pensé fueran los de un puente colgante, la curiosidad fue llegar al sitio y preguntar si había allí un puente colgante.

  Comenzó así la búsqueda de un "puente colgante" que acabó con el descubrimiento de un vestigio poco conocido en Salamanca... que es de Salamanca.

  Fue un poco tenso el "enfrentar" por así decir, al lugareño. Le causo sorpresa que alguien que no fuera en camioneta del Gobierno llegara allí, más aun en domingo. ¿Como que qué busca, amigo? fue la pregunta inicial... eso me indicó que no veían nada bien que de pronto apareciera en la comunidad. Mi respuesta fue directa: el puente. ¿Cuál puente? aquí no hay ninguno. Me respondió el amigo. Ese, ese que vi desde lo alto, donde están los pilares... ¿pilares? ¿cuáles? aquí no hay ningunos pilares. Oiga, me dijo, como que no le estoy entendiendo a nada...

  Haciendo acopio de paciencia (paciencia que, la verdad sea dicha, no tengo). le dije que desde la primera vez que llegué al lugar vi los pilares y que esos habían sido de un puente colgante y que eso era lo que quería ver. El puente se cayó hace mucho, me dijo y eso que usted vio es otra cosa... en tan solo un minuto la hostilidad cambió a una amabilidad y un gusto, bastante campirano, por hablar con "extraños"... venga,  venga pa'cá que le enseño...

   El asunto se volvió cordialidad, amabilidad y ese sentimiento que solo en las más apartadas localidades podemos encontrar, ese México amable, casi inocente, bien intenso, ese México que solo la gente del campo, la gente que allí nació y que allí quiere morir siente. Mire, amigo (ya incluyó la palabra mágica, "amigo", la que se usa solamente cuando eres bienvenido... mire, aquí han pasado muchas cosas...

  Me llevó a un lugar en el que, efectivamente, estaba un puente colgante que hacía mucho había colapsado. No, esto no es a lo que yo digo, es el que está allá -le punté a otro lado- ese no es un puente, me dijo...venga, es por acá... seguimos caminado.

  Esta era la fábrica. ¿Fábrica? -me pregunté- Fábrica de qué... pos, quien sabe... era una fábrica, así me dijeron... creo de pólvora... o de jabón. ¿Y esos pilares? eran para subir el agua del río a las pilas...

  En ese momento mi perspectiva cambió totalmente, en efecto, no podría ser un puente colgante como lo imaginé, dado que solamente están estos dos pilares y el río es, actualmente, muy delgado, casi inexistente, pero ese es el Temascatío y, luego de caminar por la zona concluimos que el lugar fue más bien una curtiduría.


















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